LOS PRINCIPIOS DEL POLICIA


Estos principios son la legítima gestión policial caracterizada por la disciplina, respeto, la responsabilidad, la lealltad, la eficacia ente otras que responden no sólo a una exigencia reglamentaria o legal, sino que también es parte de un imperativo ético.


Al considerar la función policial como un servicio de carácter público, asume que dicha misión debe realizarse de manera eficiente y eficaz. La sociedad espera y exige a sus policías el desarrollo de una gestión de calidad y transparente, debido a que el progreso social y su continuidad pasan en gran medida por el ofrecimiento de un oportuno servicio policial.

Estos principios tienen por finalidad explicitar e internalizar en todos los funcionarios los ideales y valores que deben orientar sus actuaciones. Por tal motivo, se constituye en un “punto de fusión” y de “encuentro reflexivo” entre los intereses particulares y los de la institución:

DISCIPLINA: Es la observación de las leyes y normas de la institución, que se constituye en el pilar fundamental en que descansa la organización policial; mediante la disciplina se garantiza la cohesión de sus miembros ante el cumplimiento de todas sus funciones.

RESPONSABILIDAD: Es el deber que compromete al policía y que lo guía para cumplir cabalmente con sus funciones.

RESPETO: Es la atención y miramiento que ha de fomentar la reciprocidad en la relación del policía con la sociedad.

HONOR: Es un concepto integral que involucra los principios más nobles del ser humano, y que justifican sus acciones ante sí y ante la sociedad, sobre la base de principios aceptados en un lugar y en un momento determinado. El honor del policía se alza sobre su capacidad para sentir orgullo por sus acciones y para no esperar ningún tipo de menoscabo a su dignidad, consciente de que sus actuaciones se basan en lo justo, en lo legal y en los más altos principios de su profesión.

MORALIDAD: Es el compromiso de predicar con el ejemplo; el policía deberá ser el primero en cumplir con el ordenamiento jurídico existente, para poder así, exigirlo a la ciudadanía.

HONRADEZ: Implica la condición innata que garantiza su transparencia en el actuar, que alimenta el espíritu del policía, impidiendo ser vencido por las tentaciones a las que se enfrenta en su diario vivir.

DISCRECIÓN: Es la prudencia, reserva y moderación que distingue el proceder de los miembros de la Policía de Puerto Rico.

PROFESIONALISMO: El policía es un profesional que se ocupa del desarrollo de funciones en un campo específico del saber y la sociedad. La profesión policial exige estudios continuos, adiestramientos, visión integral y una conducta ejemplar.

PORTE: Es la presentación personal que se caracteriza por la pulcritud y distinción, propia del hombre y la mujer de uniforme.

SUPERACIÓN: Es la disposición personal de cada miembro de la Policía de Puerto Rico para desarrollarse tanto en el ámbito institucional como profesional.

DILIGENCIA: Es el esfuerzo por mantener una atención pronta y fluida, fundamentada en los procedimientos legales previamente establecidos.

EFICIENCIA Y EFICACIA: Constituye un requisito de las acciones policiales, cuyo fin es alcanzar la más alta competencia profesional y los resultados concretos de la labor desempeñada.

DIGNIDAD: Atributo motivado por la autoestima del policía, y que caracteriza sus relaciones de consideración y respeto hacia sí mismo y hacia los demás.

IMPARCIALIDAD: En el desempeño de sus funciones, el policía se constituye en un medio para elevar un asunto ante las autoridades correspondientes, actuando con objetividad, sin favorecer con sus actuaciones a una de las partes.

CORTESÍA: Es la carta de presentación del policía ante el ciudadano, constituyéndose en la punta de lanza que determinará el trato posterior a que se verá abocado en cada situación.

VALOR: Cualidad que impulsa al policía a afrontar con decisión y valentía las situaciones del servicio.

TOLERANCIA: Capacidad de control que distingue al policía durante el cumplimiento de sus funciones, sobre todo cuando debe tratar con personas hostiles. Implica la capacidad para comprender a los demás, aun cuando actúen y opinen de una manera diferente.

LEALTAD: Fidelidad que se debe a la Institución. Se proyecta en el mantenimiento de la buena imagen institucional y en el correcto uso, manejo y cuidado de su arma de reglamento, bienes y equipos.